jueves, 16 de febrero de 2012

A Trois Dalton



¿Te atreves a acusarme con tu dedo frío?
¿De quién era la voz que se rompió
cuando me arrojaste descosido?

¿Acaso escuchas cómo mi corazón agoniza?
¿Te conmueve el estéril latido
del que no bombea sangre sino ceniza?

¿Quién lloró la muerte de la cebolla?
¿Te arrancaste tú la piel a tiras
buscando consuelo en capas más hondas?




¿Qué vas a saber sobre la pena o el dolor
si te reduces al trazo rojo de tu boca
cuando me miras inmóvil, con tus ojos de girasol?

Foto: La Princesa del Guisante

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