viernes, 31 de julio de 2009

Het Achterhuis

Seguramente el título del post no os diga nada; no a menos que sepais alemán. Y aunque así fuera, aún os quedaría un buen camino para averiguar lo que se esconde bajo las palabras "cuartos de atrás".

El título de este post es también el título de un libro. Un libro que se escribió sin querer serlo (no al principio, al menos).

Un libro que se escribió en los años 40.

El libro nos cuenta la historia de ocho personas encerradas en unos cuartos anexos a unas oficinas en Ámsterdam. Esas ocho personas tienen que malvivir con lo que les traen del exterior unos pocos amigos. Esas ocho personas se han visto obligadas a abandonar sus casas, sus pertenencias y su vida porque a un enano loco no lo aceptaron en la Escuela de Artes.

Me refiero, como no, a Hitler.

Esas ocho personas eran judíos respetables, pero que por el simple hecho de ser judíos eran una amenaza para todo el pueblo alemán.


Una de esas ocho personas era Ana Frank.

Hace un par de días me leí el diario de esta niña, diario que escribió entre 1942 y 1944 y en el que describe sus viviendas en ese "Anexo Secreto" donde se vio obligada a vivir. Sinceramente, a duras penas parece un diario (de hecho, hay teorías que afirman que no lo escribió ella en absoluto), pues está escrito de tal manera que
casi parece una novela. Una novela sin final feliz.

Hay poco que yo pueda decir a cerca de este libro que no se haya dicho ya, pero es tanta la emoción que me transmitía mientras lo leía... Parece que te lo está contando todo a ti, que eres su confidente, su única manera de escapar de la realidad en la que vive. Es muy bonito, en serio.

El Diario de Ana Frank nos revela nada más y nada menos que a una casi adolescente tal y como es, con sus miedos, sus deseos, sus anhelos... Parece ca
si una amiga.

Sólo quería hacer una pequeña reseña a este libro que me ha emocionado tanto, e incentivaros a que lo leáis. Creedme, no os defraudará.



¿Cuándo se nos concederá el privilegio de respirar aire fresco?
(24 de diciembre de 1943)

lunes, 27 de julio de 2009

jueves, 23 de julio de 2009

¿?

Y aquí va mi segundo soneto.

PD: El título del post es el títuo del poema ^^

Pregunto, dudo y afirmo a la vez,
late trágico el corazón sombrío
y de nuevo a mí mismo me repito
que sin besarte de allí me marché.

Lloro desesperado sin saber
si tu frenesí de latir y el mío
en la sala oscura
y llena de frío
poseen la misma razón de ser.

Sólo quiero mi voz alzar en grito,
sólo gritar alzado que te quiero,
sólo mustiarlo una vez en tu oído.

Sólo arrancar de mí este sentimiento
que tantas ve
ces ya me golpeó,
y mentirme y pensar qu
e no me miento.


miércoles, 15 de julio de 2009

Cisnes negros

Vale, sé que no es muy, digamos, justo por mi parte actualizar una única vez en quince días, pero comprendedme... el verano es el verano xD.

Además, es menos justo que justo cuando actualice tenga que marcharme otra vez...

Mmm... esa última frase no suena a disculpa x)


En fin, que para que no os aburráis, aquí os dejo lo que podría ser el comienzo de mi segunda novela: Cisnes negros.

(Aunque esto esté en primera persona, el resto será en tercera)

Prólogo

Mi historia con Elisabeth viene ya de largo. Empezó el año pasado, cuando coincidimos en clase de Cultura Clásica. Ella acababa de llegar de Valencia y era nueva en el instituto, algo que no le impidió hacerse amiga de la que por entonces era la mejor de las que yo tenía, Eva. Ellas dos iban juntas a clase, mientras que yo me había visto relegado a permanecer en el aula de enfrente. Supongo que fue por eso por lo que Eva y yo empezamos a distanciarnos, y la que antes fuese mi mejor amiga pasó a detallarle sus intimidades a esa nueva desconocida apodada Liz.

Hacia final de curso Eva y yo no teníamos ni la mitad de la confianza que teníamos antes. Sí, ella me seguía contando cosas, pero no era ni de lejos lo mismo. En junio incluso llegué a enfadarme con ella; se había vuelto tan fría conmigo que cometí el error de decirle que Elisabeth era una mala influencia. Se cabreó, por supuesto, pero pronto se le pasó. No así a Elisabeth, a quien Eva había tenido la magnífica idea de contárselo todo. Liz se me plantó delante un día en el recreo para cantarme las cuarenta: que si quien era yo para hablar de ella así, que si acaso la conocía… bla, bla, bla. Yo eso me lo tomé como una ofensa personal, y tomé la decisión de no volver a hablar a Elisabeth en lo que me restaba de vida.

Dicho sea de paso, la verdad es que tampoco es que fuera una promesa muy difícil de cumplir, puesto que, según la misma Liz decía, se volvía a Valencia al curso siguiente.

Como no, esto no fue así.

Digo “como no” porque, como descubriréis, Liz es una persona que no tiene las ideas muy claras. Más de una vez le he dicho que cuando las cosas van de de una manera ella sólo quiere que vayan de la contraria, aunque se haya pasado el día anterior rezando para que las cosas fueran en esa dichosa primera dirección.

Y tras esta aclaración, a lo que iba. Elisabeth no se marchó, sino que se quedó y estudió primero de bachillerato en el “más que prestigioso” instituto Alfonso X, el Sabio, en plena capital murciana, tierra del sol y la huerta.

Me sorprendí un poco al verla por los pasillos el primer día de clase, con su melena castaña ondeando por los pasillos. Me sorprendí algo más cuando al ir a visitar a mi amiga Zade en su clase me la encontré sentada dos filas más atrás.

Casi me cago del susto cuando me la encuentro en mitad de MI clase de inglés.

Pero pronto me recuperé y dejé de darle más importancia de la que en realidad tenía. Que compartiéramos tres clases (Inglés, Filosofía y Educación Física) no era el fin del mundo… Más se perdió en Cuba, como se suele decir. Tomé la decisión de no decirle nada a menos que ella me hablara primero.


Y me habló. Mucho. Tanto que me encargó que pusiera por escrito su pequeña historia de amor con el profesor de filosofía don Rïstö Peña.

Se aceptan críticas y comentarios ;)

domingo, 5 de julio de 2009

RAP


"Puentes separados siempre seran ganados."

Os quieroooo