martes, 12 de junio de 2012

(JUM)

Que conste que lo hago por ella. Para que no se me cabree y tenga lo que se merece después de tanto estrés. Porque no me gusta hacer las cosas por obligación (sí, ya sé que yo me ofrecí, ¡pero también retiré la oferta mientras me cepillaba los dientes!).


Si es que las cosas no se pueden hacer así, pero bueno (si alguna vez tienes dudas sobre si algo te lo he escrito yo o no, mira cuantas veces aparecen las expresiones "si es que" y "pero bueno". Cuatro o más significa que es obra mía) no puedo decir que no me apetezca hacerlo. Ahora déjame delirar y ve calentando el horno.


Me dio mucho miedo cuando te enfadaste conmigo. Mucho, en serio (otra expresión que puedes añadir a la lista anterior). Sentía que ya había perdido a alguien importante para mí y no quería perder a nadie más. Y menos a ti. Mi niña mimada, a quien le aguanto todo. Desaires, falta de confianza y rabietas. Siéntete orgullosa.


Así que si tengo que ponerme a escribir cuatro chorradas, las escribo. Aunque no te gusten y las consideres poca cosa. Ya te dije, no puedes obligarme a escribir si no estoy inspirado. Me salen cacota feas y gordas. Párrafos sin sentido.


De todas formas, sabes que lo que hiciste ayer me llegó a la patata, jo. Aunque fuera a través de mentiras y confabulaciones. Aunque me tocara salir descalzo a la calle. Es algo que no mucha gente haría. Es algo que me está costando mucho interiorizar, no te creas. Es difícil de entender. Que diez minutos atrás me dijeras "olvídame" y luego vinieras a mi puerta me mal acostumbra. Porque pienso que todo el mundo va a reaccionar así y no.


Ains, cariño... la vida es demasiado dura. Yo me quiero demasiado y tú deberías... ya sabes lo que deberías :)


El deber me llama.