Me fascina la idea de que un beso
prenda fuego una ciudad. O de que un polvo provoque un terremoto (porque, no
nos engañemos, Mame no estaba “shakeando” sola). Besos y sexo. Eso es lo único
que demuestra que he crecido. De no ser por ellos, yo diría que voy hacia
atrás. Cada día más inmaduro, más infantil. ¿Más feliz? Bueno, a veces.
Lo soy si me llama mi mujer para
decirme que ha dormido en el coche con La Princesa porque la tienda se había
empapado o si mi hermana me cuenta sus chanchullos para repartir pulseras. Lo
soy si hablo con él de puentes, del sentido de la vida y de cómo vamos a
cambiar el mundo (porque seguro que lo hacemos). Sonrío cuando se acuerdan de
mí en una fiesta o un día cualquiera por una canción versionada o una letra en
la pared. Me hace gracia pensar que aquella con quien me abro más a veces
parezca no conocerme y que todavía la pueda sorprender. Lo soy cuando no me
cuentan nada.
Es la gente que me rodea la que
me hace sentir bien. A veces busco eso que llaman “paz interior” pero me asusta
buscar ahí dentro. Algún día, quizás en verano. Cuando me tumbe en mi hamaca a
escribir pensando en… en lo que tenga que pensar. Fin de curso, por ejemplo.
Pues vas listo tumbarte en "tu hamaca" si jamás pisas una playa por voluntad propia xD
ResponderEliminarTengo dos hamacas en mi casa :P
ResponderEliminar¿Encerrado en el patio/terraza de tu casa rodeado de moscas/mosquitos sudando a mares con el ventilador en cuarta, dándote por un lado aire frío y por otro aire caliente oyendo las chicharras cantar? ¿ Y tú buscas tranquilidad? jajajajajajaja
ResponderEliminar