Pero allí estaba, de punta en blanco, con un ramo de flores y una sonrisa plantada en la cara. ¿No os ha pasado alguna vez eso de sonreír sin saber por qué? Pensar que, bueno, aunque las cosas salgan mal en el futuro serán pasado, y si le hemos puesto todo nuestro empeño sólo nos queda reírnos del error y aprender de él.
Así es como sonreía. Le -se- sonreía a su yo futuro, sabiendo que pasara lo que pasara, también sonreiría al recordar.
Que hayas escrito esto, el día de los premios caracol, el día anterior de que cumpliera 25, me hace gracia, por que hice una reflexión parecida.
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